m. Resumen o compendio de una obra extensa, donde se expone lo fundamental o más preciso de lo que trata.
Ejemplos de uso: "epítome de filosofía"; "epítome de química".
"un epítome es un compendio de una materia".
"Los epítomes de la Aegyptiaca (obra perdida de Manetón), junto con los relatos de Heródoto y otros escritores griegos, fueron las únicas fuentes de información del mundo del Antiguo Egipto".
"Un epítome es equiparable a un resumen o compendio, pero enfocado exclusivamente a las obras literarias".
Ret. En retórica, el epítome es una figura que consiste en repetir las primeras palabras o frases de un discurso con el fin de resaltar su importancia o dar mayor claridad al mensaje.
Ejemplos de uso: "El político hizo un epítome al final de su discurso, repitiendo las primeras palabras para enfatizar su compromiso con la causa"
Ret. Resumen de un discurso extenso en unas pocas palabras finales.
En el contexto retórico, el epítome también se refiere a la capacidad de resumir un discurso extenso en unas pocas palabras finales, capturando la esencia del mensaje.
Ejemplos de uso: "El epítome final de la conferencia resumió en pocas palabras la idea principal del ponente"
"El epítome de su discurso fue tan impactante que todos los asistentes se quedaron impresionados".
fig. Exponente más acabado o perfecto de una clase.
En un sentido figurado, el epítome puede referirse al exponente más acabado o perfecto de una clase o categoría, representando lo más representativo o característico de esa categoría.
Ejemplos de uso: "Se considera que la Mona Lisa es el epítome de la pintura renacentista"
"La película es el epítome del cine de ciencia ficción, con todos los elementos característicos del género presentes en ella".
Origen etimológico de epítome: proviene de la palabra latina epitome y este a su vez de la palabra griega antigua ἐπιτομή (epitomé)
Segundo diccionario: epítome
Origen de la palabra: (latín epitome, y éste del gr. de cortar, abreviar.)
m. Compendio de una obra extensa.
Ret. Figura que se comete cuando, después de dichas muchas palabras, se repiten las primeras para mayor claridad.
• « El epítome de estas ciudades en auge de la Fiebre del Oro fue San Francisco, que contaba con sólo unos cientos de residentes en 1846, pero que en 1850 había alcanzado una población de treinta y cuatro mil personas. »