El término ésbate proviene del alemán y se utiliza como una interjección que expresa la idea de que algo está quedo o en calma.
Esta palabra refleja un estado de tranquilidad o quietud, sugiriendo que no hay movimiento o actividad.
Su uso puede variar según el contexto, pero generalmente se asocia con momentos de pausa o reflexión, invitando a detenerse y observar lo que nos rodea.