El término esblandecer proviene de una forma antigua que se relaciona con esblandir, que significa halagar o lisonjear a alguien.
Aunque hoy en día su uso es poco común y se considera anticuado, refleja una práctica de buscar la complacencia o el agrado de otros a través de palabras suaves y elogios.
Esta acepción nos invita a explorar cómo el lenguaje puede influir en las relaciones interpersonales.