El término escudero de a pie se refiere a un joven o mozo que, en el contexto de la casa real, tenía la responsabilidad de llevar recados y mensajes.
Este rol era fundamental para la comunicación dentro de la corte, donde la rapidez y la confianza eran esenciales.
Además, el escudero de a pie podía ser visto como un asistente leal, desempeñando funciones que, aunque humildes, eran vitales para el funcionamiento del entorno real.