El término esculto y su variante esculta provienen del participio pasado irregular de esculpir, que se refiere a la acción de labrar a mano materiales como piedra, madera o metal para crear estatuas, figuras o adornos.
Aunque estas palabras tienen un uso anticuado y están en desuso, evocan la rica tradición de la escultura y el arte de dar forma a los materiales.