La palabra espagírica se refiere al arte de depurar y transformar los metales, un proceso que busca extraer sus propiedades más puras y valiosas.
Este término proviene de la tradición alquímica, donde se consideraba que la purificación de los metales no solo tenía un valor material, sino también simbólico, representando la búsqueda de la perfección y el conocimiento profundo de la naturaleza.