El término espaldarazo tiene dos acepciones que reflejan tanto un significado físico como uno figurado.
En su primera acepción, se refiere a un golpe dado de plano, ya sea con una espada o con la mano en la espalda de alguien.
En un sentido más figurado, dar el espaldarazo implica reconocer a una persona como completamente apta para asumir una responsabilidad o tarea, brindándole así un respaldo o apoyo decisivo en su camino.