El término espantanublados tiene un origen popular y se refiere, en su primera acepción, a un apodo que se daba a quienes hacían creer a personas rústicas que poseían un poder especial sobre los nublados, como si pudieran controlar el clima.
En su segunda acepción, describe a una persona que interrumpe una conversación o descompone un proyecto, actuando como un obstáculo en la comunicación o el desarrollo de ideas.