El término espejo de los incas se refiere a un objeto elaborado principalmente de obsidiana, un vidrio volcánico que los antiguos habitantes de los Andes utilizaban para crear superficies reflectantes.
Estos espejos no solo tenían un valor estético, sino que también eran considerados sagrados y se empleaban en rituales y ceremonias.
La obsidiana permitía obtener imágenes nítidas, simbolizando la conexión entre el mundo físico y el espiritual.