El término estafermo tiene dos acepciones interesantes.
En el contexto de los torneos, se refiere a un muñeco giratorio que los jinetes intentaban herir con su lanza, desafiando su habilidad sin ser tocados por el palo que lo sostiene.
En un sentido más figurado, se utiliza para describir a una persona ridícula o atontada, evocando la imagen de alguien que carece de agudeza o sentido común.