El estiércol de corral es una mezcla de excrementos animales, cama y otros desperdicios acumulados en los corrales.
Este material no solo aporta nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio, sino que también mejora la estructura del suelo al aumentar su capacidad para retener agua y aireación.
Además, favorece la actividad biológica en el terreno, lo que ayuda a que las plantas absorban mejor los nutrientes, estimulando así su crecimiento.
El estiércol de corral o de cuadra es la mezcla de los excrementos o deposiciones animales con la cama y con otros desperdicios que se acumulan en los corrales. No sólo proporciona cierta cantidad de nitrógeno, fósforo y potasio, así como de calcio, magnesio, azufre y otros elementos nutritivos, sino que sirve de enmienda física al terreno. La provisión de materia orgánica mejora las características físicas, la capacidad para retener el agua, las condiciones de aireación y temperatura del suelo e influye favorablemente sobre las actividades biológicas de los organismos inferiores que actúan en los elementos nutritivos de las plantas, almacenados en el suelo, para convertirlos en directamente asimilables. Además, ciertos compuestos orgánicos del estiércol estimulan el crecimiento de las plantas, sobre las que producen análogo efecto al de las hormonas y vitaminas en los animales.
La calidad del estiércol es muy variable, según la clase y cantidad de alimento suministrado, la especie y edad de los animales que lo producen, la cantidad de orines retenida, la naturaleza y cantidad de cama o materia absorbente agregada y el cuidado aplicado a la conservación del mismo. La cantidad de nitrógeno, fósforo y potasio existente en el estiércol y la cuantía de dichos elementos en los alimentos suministrados están en relación directa. Por tanto, cuanto más ricos sean los alimentos en elementos fertilizantes, tanto más lo serán los fimos producidos. Así, en igualdad de condiciones, los animales alimentados con harina de semilla de algodón y heno de alfalfa, de reconocida riqueza en elementos fertilizantes, especialmente en nitrógeno, producirán un estiércol mucho más rico que los nutridos con maíz y hierba común, relativamente pobres en nitrógeno. Asimismo, el ganado pródigamente alimentado dará un estiércol más rico en elementos nutritivos que el sometido a alimentación escasa.
Las materias empleadas para cama son, habitualmente, más pobres en elementos fertilizantes que los fimos con que se mezclan. Aunque por ello tienden a diluir el estiércol, su uso es imprescindible para mantener limpio y cómodo al ganado estabulado; por otra parte absorben y retienen los líquidos útiles del estiércol, con lo que evitan la pérdida de valiosos elementos.
Las principales causas que contribuyen a arrebatar al estiércol sus valores fertilizantes son la lixiviación y la fermentación indebida; el mejor medio de producirlas es el almacenaje del estiércol en montones compactos (preferentemente bajo cubierta o en pozos de fondo impermeable) mantenidos a humedad uniforme, a no ser que se proceda a su aplicación inmediata a ia tierra. Debe tenerse siempre presente que la parte líquida del estiércol es la más valiosa y la más expuesta a pérdidas por fermentación.
El estiércol común de las granjas, es decir, los excrementos sólidos y líquidos de los diversos animales estabulados, mezclado con las camas y más o menos fermentado es, naturalmente, de composición muy variada. No obstante, si ha recibido oportuno cuidado y no ha experimentado lixiviación ni fermentación excesivas, puede presumirse que a efectos prácticos, contiene 0,50 % (ó 5 kg/t) de nitrógeno, igual cantidad de potasa y 0,25 % (ó 2,5 kg/t) de ácido fosfórico.
- Efectos beneficiosos del estiércol de corral. El estiércol de corral fuerza el crecimiento de las plantas, es decir, desarrolla sus órganos vegetativos a expensas de los reproductores. Por ello es más adecuado su empleo en hortalizas, hierbas y forrajes que en cereales. Los cultivos tuberosos, como la remolacha azucarera y la patata, rinden más en tierras estercoladas cierto tiempo antes de la siembra. La aplicación abundante de estiércol ordinario y fresco durante las épocas secas puede resultar nociva en terrenos sueltos. En general es preferible realizar estercolados ligeros y frecuentes que aplicar el abono en masa y de tarde en tarde. Como para muchas cosechas el estiércol resulta deficiente en fósforo, conviene a menudo reforzarlo con un fertilizante fosfatado.