El estudio de la belleza o estética ha sido un componente característico de la civilización occidental desde tiempos antiguos.
Para los pensadores griegos, la belleza era considerada una cualidad de excelencia formal, vinculada a principios eternos y racionales que rigen la realidad.
Este análisis estético se entrelazaba con la ética y la teoría del conocimiento.
La belleza se asociaba con el placer derivado de contemplar formas primordiales, y los problemas estéticos se centraban en cuestiones técnicas como las proporciones correctas.
El arte se veía como una imitación material de esa belleza intelectual, superior a los intentos naturales de la creación.
El estudio de la belleza o estética es producto típico de la civilización occidental. Para los primitivos pensadores griegos, la belleza, al igual que la bondad, era una cualidad de excelencia formal, un atributo de los principios eternos y racionales que informan la realidad de las cosas. El estudio de la belleza quedó así inseparablemente unido al de la ética y la teoría del conocimiento.
La belleza fue identificada con el deleite producido por la contemplación de esas primeras formas eternas y los problemas estéticos quedaban circunscritos a las cuestiones técnicas que presentaban las proporciones correctas de las superficies y límites.
El arte se concebía como una imitación material de esa belleza intelectual, superior a los intentos creadores esporádicos y a veces torpes de la naturaleza.
El ideal clásico de la belleza era el hombre inmutable y perfecto que existía implícitamente en la especie humana.
El arte antiguo se afanaba por arrancar de los medios materiales este prototipo perfecto; así, en escultura, el objetivo supremo consistía en obtener de la piedra o el mármol la forma ideal preexistente.
Al introducirse la ética cristiana del libre albedrío en la cultura occidental sufrieron, sin embargo, profunda transformación los principios clásicos de la belleza. La bondad llegó a identificarse con un cambio interno, un acto volitivo que el arte, incapaz de representar, solo podía simbolizar o sugerir, el antiguo ideal de la belleza quedó preterido.
La fuerza potencial, el ritmo dinámico remplazaron a la «forma bella». Ante el alma se abría una perspectiva en la que podía señalarse el camino del progreso en la lucha constante hacia el libre albedrío absoluto.
Las bellezas de la Naturaleza fueron singularmente enaltecidas en cuanto parecían brindar una semblanza de libertad, mientras se repudiaba la belleza clásica por fría, estática, rígida y carente de alma. El nuevo sentido de la belleza requería un trasfondo de profundidad y espacio para el infinito movimiento del alma en las artes.
Con el Renacimiento revivió el interés por el arte clásico. Sin embargo, la idea de la belleza como imagen de formas inmutables resultaba incompatible con la inquietud interior de la nueva ética.
La ciencia de la belleza, que se iniciaba ahora como disciplina especial, terminó por independizar el arte de la ética y por imponer el concepto de la existencia de la belleza por obra y gracia de la belleza misma. Como consecuencia de ello, los cánones de belleza tuvieron ya un valor muy relativo.
Los análisis empíricos de la belleza en términos de color, textura, vibraciones y otras propiedades materiales fueron numerosos y prepararon la base teórica de muchas tendencias del arte moderno, en especial el arte abstracto.
El concepto de que no solo pueden existir diversas clases de belleza, sino también de que el arte puede estar desprovisto de ella, ha adquirido carta de naturaleza. Incluso se ha llegado a formular el «culto de lo feo», simbolizado por Picasso.
Juicio o valoración de una obra. A veces la crítica se limita a calificar la obra de buena o mala según el criterio personal del que juzga, como sucede en una parte considerable de la crítica periodística de libros, teatro y música.
Cantidad de letras, vocales y consonantes de estudio de la belleza o estética
Palabra inversa: acitétse o azelleb al ed oidutse Número de letras: 27 Posee un total de 14 vocales: e u i o e a e e a o e é i a Y un total de 13 consonantes: s t d d l b l l z s t t c
¿Es aceptada "estudio de la belleza o estética" en el diccionario de la RAE?