La palabra estufar proviene de un uso antiguo que se refiere a la acción de calentar una pieza, generalmente en el contexto de la preparación de alimentos o el tratamiento de materiales.
Aunque esta acepción ha caído en desuso, su significado evoca una técnica que, en su tiempo, era fundamental para diversas actividades cotidianas.
Hoy en día, el término puede parecer arcaico, pero refleja una parte interesante de la evolución del lenguaje y las prácticas domésticas.