El término exarca se refiere a un gobernador bizantino que administraba provincias clave como Ravena en Italia y Cartago en África.
Esta figura era fundamental en la organización del Imperio Bizantino, actuando como representante del emperador.
Además, en el ámbito religioso, el exarca es una dignidad que ocupa un lugar importante en la Iglesia griega, justo después del patriarca, reflejando su relevancia tanto política como espiritual.