El término exorcistado se refiere a la orden de exorcista, que ocupa el tercer lugar dentro de las menores órdenes en el contexto de la iglesia.
Esta designación implica una función específica dentro de la jerarquía eclesiástica, donde el exorcista tiene la responsabilidad de realizar rituales destinados a expulsar demonios o influencias malignas.
Así, el exorcistado representa un papel significativo en la práctica religiosa y espiritual.