El término fading proviene del inglés y se refiere a la debilitación temporal de la intensidad de las señales radioeléctricas.
Este fenómeno puede afectar la calidad de la transmisión, provocando que la señal se vuelva más débil o incluso se pierda momentáneamente.
Comprender el fading es esencial en el ámbito de las telecomunicaciones, ya que influye en la eficacia de las comunicaciones inalámbricas y en la experiencia del usuario.