Las falacias formales son errores lógicos que se cometen al inferir una conclusión a partir de premisas incorrectas o inválidas. Estas falacias se basan en la estructura o forma del argumento, en lugar de su contenido. En otras palabras, se trata de razonamientos incorrectos que parecen válidos, pero en realidad no lo son.
Algunos ejemplos de falacias formales comunes son:
1. Falacia de afirmación del consecuente: se comete al inferir incorrectamente que si una afirmación es verdadera, entonces su consecuencia también lo es. Por ejemplo: "Si llueve, entonces el suelo estará mojado. El suelo está mojado, por lo tanto, ha llovido".
2. Falacia de negación del antecedente: se comete al inferir incorrectamente que si una afirmación es falsa, entonces su antecedente también lo es. Por ejemplo: "Si estudias, aprobarás el examen. No has estudiado, por lo tanto, no aprobarás el examen".
3. Falacia de afirmación de la disyuntiva: se comete al inferir incorrectamente que si una afirmación es verdadera, entonces la otra opción de la disyuntiva es falsa. Por ejemplo: "O estudias o repruebas. Estudias, por lo tanto, repruebas".
Estos son solo algunos ejemplos de falacias formales, pero existen muchas otras. Es importante reconocerlas para evitar caer en errores lógicos al argumentar o debatir.
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