La falta de intención se refiere a una circunstancia atenuante en el ámbito legal, donde se considera que la desproporción entre el propósito delictivo y el daño causado es significativa.
Esto implica que, aunque se haya cometido un acto perjudicial, la ausencia de un deseo deliberado de causar ese daño puede influir en la valoración del hecho y en las consecuencias legales para el infractor.