La palabra farda se refiere a un impuesto específico conocido como alfarda, que era exigido a los moros y judíos en los reinos cristianos durante la Edad Media.
Este tributo representaba una carga económica que reflejaba las tensiones sociales y religiosas de la época.
La farda no solo simboliza un aspecto fiscal, sino también un contexto histórico que ilustra las relaciones entre diferentes comunidades en un periodo de cambio y conflicto.