La palabra femera tiene su origen en el ámbito rural, especialmente en Aragón.
Se refiere a un estercolero, que es un lugar destinado a acumular estiércol, fundamental en la agricultura para enriquecer el suelo.
Además, también puede designar a un mozo que se encarga de recoger este estiércol, desempeñando un papel importante en la gestión de los residuos agrícolas.
Su uso refleja la conexión entre el hombre y la tierra.