La palabra feral proviene del latín y, aunque hoy en día se utiliza principalmente para describir a animales que viven en estado salvaje, su significado original se relaciona con lo cruel y sangriento.
Esta acepción, aunque está en desuso, evoca una imagen de ferocidad y brutalidad.
Así, "feral" nos recuerda la dualidad de la naturaleza, donde lo salvaje puede ser tanto hermoso como temible.