La palabra ferida es una forma antigua que se refiere a una herida, entendida como una rotura en la piel o en los tejidos del cuerpo, causada por un instrumento o por un impacto con un objeto duro.
Aunque hoy en día su uso es poco común y se considera anticuada, su significado evoca el concepto de daño físico que puede resultar de diversas circunstancias.
La evolución del lenguaje ha relegado esta acepción a un segundo plano.