El término ferido y su forma femenina ferida provienen del participio pasado del verbo ferir, que significa herir.
Aunque hoy en día su uso es considerado anticuado y está en desuso, estas palabras evocan la acción de causar daño o lesión.
Su significado refleja un contexto más antiguo del lenguaje, donde el concepto de herida era expresado de manera diferente a como lo hacemos actualmente.