m. Título tradicional de nobleza portuguesa que se refiere a un miembro de la nobleza con o sin título. Un fidalgo es comparable de alguna manera al gentilhomme francés (la palabra también implica nobleza por nacimiento o por carga) y a la nobleza italiana. El título fue abolido tras el derrocamiento de la monarquía en 1910.
m. y f. Hidalgo; persona que por su sangre es de una clase noble y distinguida. En Castilla, el hidalgo era un grado menor de la nobleza. No significa lo mismo que el fidalgo portugués.
♦ Esta acepción es anticuada y está en desuso.
Fidalgo portugués versus fidalgo/hidalgo español
El origen de la palabra proviene del fijodalgo leonés, del que deriva la palabra castellana hidalgo (y el anticuado fidalgo), pero la palabra portuguesa fidalgo no tiene nada que ver con el significado de "hidalgo", como se puede ver consultando a Ferrari. Según este autor, la fidalguía tiene su origen en la libertad individual de que disfrutaron los pueblos cantábrico y asturiano desde la época romana, derecho que fue reconocido en la Península Ibérica tras la Reconquista, bajo el mando de Pelágio. Ser fidalgo era ser un hombre libre: libre de pagar impuestos ("pecados") y de proveer o no vasallaje, a quien quisiera, además de poder ocupar cualquier posición u oficio desde el más modesto hasta el más alto y tener privilegios tales como la inviolabilidad de su hogar, ser juzgado sólo por sus semejantes, no tener que mantener el alojamiento de las tropas y transmitir la fidalguía a sus hijos por medio de un varón, por sangre, sin ningún otro requisito. Los gravados ("pecheros") eran individuos residentes en esas tierras pero no descendientes de los habitantes de origen, que seguían a Pelagio. Así, en Cantabria casi todos los habitantes eran fidalgos (en el siglo XVIII el 90% eran fidalgos, mientras que en Andalucía sólo el 5%). Por lo tanto, había fidalgos en todas las condiciones económicas y oficios, desde zapatero, albañil, jardinero, pastor, leñador, propietarios ricos e incluso mendigos.
En Portugal la fidalguía era transmitido por el padre o la madre que lo tenía y los fidalgos tenían el privilegio del ejercicio exclusivo de ciertas profesiones (como juez, concejal de pueblos o ciudades, juez de fuera y de otros lugares del poder judicial, capitán-maestro, alcaide-mor y otros), no accesibles a la plebe, quedando prohibido el ejercicio de oficios mecánicos (que eran los basados en el esfuerzo físico), perdiendo la fidalguía si los practicaban. Excepto en algunos casos, como en aquellos en los que eran propietarios de tierras, en los que podían trabajar ellos mismos. Además, si la mala suerte los llevaba a la miseria, había "oficios neutros" que podían ejercer para sobrevivir, sin perder la fidalguía (por ejemplo, notario, secretario, alcalde, alguacil, banquero, arquitecto, agricultor de la propia finca, comerciante de grandes extensiones, piloto de cualquier barco, patrón de barco, patrón de lectura, escritura y conteo, profesor de filosofía, retórica, gramática latina o griega, entre otros).
Hasta la época del rey Afonso V, el principal título de la nobleza portuguesa, con excepción de los de la Familia Real, seguía siendo el de hombre-rico, en su mayoría nobles de linaje, pero el rey, ya sea por la recompensa de los servicios prestados, o por el valor personal del individuo, o incluso por la compra, podía hacer hombres-ricos a los hombres. Por otra parte, la categoría inferior de infantería, compuesta por los descendientes de nobles, por linaje, no podía tener su origen en la decisión del rey, gozando de un estatus social y legal similar al de los "hidalgos" castellanos, y de los "infanzones" navarros.
La palabra fidalgo, etimológicamente, aglutinación de filho-de-algo, designa entonces el estrato social sin título que tenía el estatus de noble heredero, junto con los poseedores, los señores de las tierras, con jurisdicción, y los principales álcalis. Según las Ordenanzas de Afonsinas, este algo significa buen hombre, "según la lengua de España".
Sin embargo, es necesario entender que este noble genérico, no titulado, implica "de linaje" en coloquialidad. Es entonces cuando poco a poco la nueva expresión noble del linaje va sustituyendo al antiguo término infanction, caído en desuso, categoría heredada por vía paterna o materna, a diferencia de la categoría de fidalgo solar conocida, que requería la prueba de nobleza de los cuatro abuelos de la cabeza del linaje así reconocida. Un conocido fidalgo solar era el que vivía en una casa con un escudo de armas, en la que había sucedido a su padre.
El escudo de armas carecía de la autorización del rey (sin ella, el mal uso era un crimen fuertemente castigado) y requería la prueba de su noble linaje hasta los bisabuelos y, por tanto, ser una auténtica fuente histórica de un edificio que lo exhibe.
Fidalguía en la monarquía portuguesa
La fidalguía, en la monarquía portuguesa, era una categoría social y jurídica propia. Sólo en el reinado del rey Afonso II se creó el título de fidalgo en Portugal, para distinguir a los caballeros y escuderos de la antigua nobleza de aquellos que sólo disfrutaban de estos títulos por la reciente gracia real. Pero más tarde, en la época del rey Dinis (Dinis I de Portugal), también se utilizó la palabra fidalgo, pero no era un título de honor y nobleza, como llegaría a ser en la época del rey Afonso V. Después de D. Afonso V, todos los reyes crearon categorías formales de fidalgos, inscritos en los libros reales en tres categorías diferentes por su importancia, fidalgos que sin duda integraron la nobleza hereditaria del reino-
Los nuevos fidalgos, no de linaje ni de solar, llegaron a la fidalguía por gracia del soberano, se les dio un poco despreciativamente por sus pares el nombre de fidalgos del Libro.
Cabe señalar que el retraso en el cambio de los conceptos de infancia a los fidalgos tardó mucho tiempo en hacerse realidad. Tanto es así que, hasta la reforma de los residentes en la corte de D. Sebastião, ningún documento registra la categoría de fidalgo para los residentes basada en los libros reales: siempre se les designa sólo como caballeros de la Casa Real.
Fue el rey D. Sebastião quien ordenó la reforma del estatuto de los jinetes que residían en su corte, basada en el Libro de las Casas, donde recibían alojamiento (dinero) y cebada para su caballo, habiendo hecho que la clasificación de estos fidagos en dos órdenes de importancia muy diferente. En esta nueva clasificación que estaba en vigor desde finales del siglo XVI, visible en el Regimiento de la Administración Principal del Rey de Portugal D. Sebastião, sus fidalgos comenzaron a organizarse en dos órdenes o clases.
Etimología u origen de la palabra fidalgo: 1era. acep. del portugués fidalgo, de filho-de-algo; 2da. acep. del leonés fijodalgo, literalmente "hijo de algo".
