El término finchado o finchada proviene del verbo finchar, que se refiere a una actitud de pretensión o vanidad.
En el lenguaje coloquial, se utiliza para describir a alguien que es ridículamente vano, mostrando una preocupación excesiva por su apariencia o estatus.
Esta palabra refleja una crítica hacia aquellos que se comportan de manera superficial, buscando constantemente la admiración de los demás sin sustancia real detrás de su imagen.