El término flavo y su forma femenina flava se utilizan para describir un color que se sitúa entre el amarillo y el rojo.
Esta palabra evoca tonalidades cálidas y vibrantes, que pueden encontrarse en diversos elementos de la naturaleza, como flores o frutas.
Su uso es común en contextos artísticos y descriptivos, donde se busca transmitir una sensación de luminosidad y energía a través de la paleta cromática.