La flora de Colombia es un reflejo de la rica diversidad ecológica del país, que abarca desde la densa selva virgen en las costas del Pacífico y los llanos amazónicos, hasta la vegetación más escasa de la Península de Guajira.
Este variado ecosistema incluye bosques tropicales en las vertientes de las cordilleras, donde la exuberancia se manifiesta en una estratificación única de plantas.
La riqueza de su vegetación es comparable a la de otros países andinos, destacando su singularidad y belleza.
flora de Colombia
La vegetación ofrece gran variedad, desde la selva virgen más tupida en las costas del Pacífico o los llanos amazónicos, hasta la vegetación raquítica de la Península de Guajira o los manglares de la costa, pasando por los tipos intermedios de las extensas sabanas herbáceas en los llanos del Orinoco y sus afluentes. La flora, variadísima, es parecida a la de otros países andinos. Las vertientes de las cordilleras, que reciben lluvias abundantes, están cubiertas de húmedos bosques tropicales, que alcanzan las costas, con más exuberancia en las del Pacífico que en las del Caribe. La selva aparece como estratificada: sobre las matas, hierbas y tallos del sotobosque emergen las palmeras, y sobre éstas los grandes árboles de raíces aéreas, enlazados frecuentemente por una gran variedad de plantas enredaderas y trepadoras. Los bosques de la zona oriental tienen mayor parecido con los de la «Hylea» amazónica; pero al N de esa región las sabanas rechazan a los árboles contra el piedemonte montañoso. La monotonía de las sabanas se rompe a veces por grupos o filas de palmeras.
En las partes más secas del país (bajo Magdalena, bajo Cauca y los Llanos), los árboles forman sólo bosques en galería, que degeneran al alejarse de los cursos fluviales y se transforman en bosques de secano. Tal es el tipo de bosques que aparece en la falda meridional de la Sierra Nevada de Santa Marta. En las laderas montañosas, por encima de los 1300 m, el bosque sufre una modificación y el cocotero cede paso a los helechos arborescentes o a los árboles de la quina. Superados los 3500 m aparecen epifitas, musgos, liqúenes y orquídeas, que forman el tipo de bosque de alta montaña, sustituidos más arriba por una vegetación de carrasca. Las comarcas secas del interior se cubren de matorrales y jarales, con plantas cactáceas, ágaves y acacias; este tipo de formación vegetativa cubre los valles bajos del Magdalena y Cauca, la zona costera atlántica, la Guajira y el valle del César.
En las costas aparecen los manglares, mientras que en los páramos son características las espeletias (de hasta 3 m de altura) muy ricas en resina, las bayas y zarzales, ericáceas y gencianas, que recuerdan la flora europea.