El término
florecer tiene diversas acepciones que abarcan tanto el ámbito natural como el figurado.
En su sentido más literal, se refiere a la acción de
echar flor o cubrirse de flores, como ocurre con los almendros en primavera.
Figurativamente, implica
prosperar o alcanzar un estado de éxito, como en el caso de una industria en crecimiento.
También se utiliza para describir el
nacimiento de grandes talentos, como los escritores del Siglo de Oro.
Además, en un contexto menos común, puede referirse a la
descomposición de alimentos, como el queso o el pan.