La palabra fluslera es un término antiguo que se refiere a las raeduras que se generan al tornear piezas de azófar, un metal utilizado en la fabricación de diversos objetos.
Esta acepción, considerada arcaica, ha caído en desuso, lo que la convierte en un ejemplo interesante de la evolución del lenguaje y de cómo ciertos términos pueden desaparecer con el tiempo.