Los fondos secretos son partidas presupuestarias destinadas a cubrir gastos de seguridad nacional sin tener que cumplir con los requisitos contables habituales.
Se utilizan para financiar actividades de inteligencia y defensa de forma confidencial, permitiendo al Estado acceder a recursos adicionales de manera discrecional.
Estos fondos se consideran reservas presupuestarias, lo que implica una gestión y control fuera del alcance de los órganos de fiscalización tradicionales, quedando su asignación y uso sujetos a decisiones políticas y generando opacidad en su administración.
Los fondo secretos son los créditos autorizados por el presupuesto para gastos de seguridad interior o exterior del Estado, sin sujeción a los requisitos y justificantes de las leyes de la contabilidad.
Además, los fondos secretos se utilizan con el fin de financiar actividades relacionadas con la inteligencia y la defensa del país, así como para garantizar la confidencialidad de estas operaciones. Estos fondos permiten al Estado tener acceso a recursos adicionales que pueden utilizarse de manera discrecional y sin necesidad de seguir los procedimientos habituales de adquisición y contratación pública.
Es importante destacar que los fondos secretos son considerados reservas presupuestarias, lo que implica que su gestión y control escapan a la supervisión tradicional de los órganos encargados de la fiscalización y auditoría. Por lo tanto, su asignación y utilización están sujetas a criterios y decisiones políticas, lo que crea una cierta opacidad en su administración.
La existencia de los fondos secretos ha sido motivo de debate y controversia en muchos países, ya que su falta de transparencia y rendición de cuentas puede propiciar actos de corrupción o malversación de fondos. Por lo tanto, es fundamental establecer mecanismos de control y fiscalización adecuados para garantizar su uso responsable y evitar posibles abusos.