Los rasgos complementarios de un fonema son aquellos que no pueden coexistir en un mismo fonema. Estos rasgos se excluyen mutuamente y se consideran opuestos entre sí. Algunos ejemplos de rasgos complementarios en fonología son:
1. Sonoridad: un fonema puede ser sonoro (vibración de las cuerdas vocales) o sordo (ausencia de vibración de las cuerdas vocales), pero no puede ser ambas cosas al mismo tiempo.
2. Nasalidad: un fonema puede ser nasal (flujo de aire a través de la cavidad nasal) o no nasal (flujo de aire solo a través de la cavidad oral), pero no puede ser ambas cosas al mismo tiempo.
3. Lugar de articulación: un fonema puede tener un lugar de articulación específico, como bilabial (ambos labios), alveolar (alvéolos dentales) o velar (velo del paladar), pero no puede tener múltiples lugares de articulación al mismo tiempo.
4. Modo de articulación: un fonema puede tener un modo de articulación específico, como oclusivo (obstrucción completa del flujo de aire), fricativo (obstrucción parcial del flujo de aire) o aproximante (aproximación de los articuladores sin obstrucción completa), pero no puede tener múltiples modos de articulación al mismo tiempo.
Estos son solo algunos ejemplos de rasgos complementarios en fonología, pero existen muchos más. Los rasgos complementarios son importantes para distinguir y clasificar los sonidos del lenguaje.
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