La formación étnica de Costa Rica se caracteriza por una historia marcada por la escasa presencia indígena al momento de la llegada de los conquistadores.
Los nativos, como los chorotegas y borucas, destacaron por sus habilidades artesanales en oro, jade y textiles.
Aunque inicialmente permitieron la llegada de los europeos, luego resistieron con valentía, lo que contribuyó a que Costa Rica sea hoy un país con una población predominantemente blanca y una rica herencia cultural.
formación étnica de Costa Rica
Colón encontró en Costa Rica pocas huellas de vida indígena. Los nativos eran indios del norte, procedentes de emigraciones; poseían magníficas dotes artesanas, que dejaron patentes en sus trabajos de oro y jade, en sus vasijas y en sus esculturas de piedra. Los chorotegas eran maestros del adorno, con rasgos de influencia maya; los borucas estaban y están especializados en la confección de telas de gran calidad. Estos indígenas permitieron en principio la penetración de los conquistadores, pero luego les opusieron tenaz resistencia, lo que motivó sangrientas luchas que, unidas a la pequeña cantidad de indios a la sazón existentes, explican el hecho de que en la actualidad Costa Rica sea el estado más puro, racialmente, de toda la América hispana.
Al contrario que en los demás países del istmo, la raza blanca es la predominante; solamente en la comarca de Talamanca y las regiones de los ríos Diquis y Sixaola, hay algunas tribus indígenas, en número total inferior a 3000. En las costas existen unos 20000 entre negros y mulatos, procedentes casi todos de Jamaica.
Los mestizos son también poco numerosos y se concentran sobre todo en las provincias de Cartago, Alajuela y San José. Aproximadamente el 98 % de la población pertenece a la raza blanca. Virtudes que adornan a los costarricenses son la sobriedad, sencillez, templanza y amor al trabajo, aparte de sus cualidades físicas de salud y robustez. Acogen hospitalariamente a los inmigrantes.