El fosgeno es un gas químico altamente tóxico y asfixiante, que se compone principalmente de cloro.
Su inhalación puede causar graves daños en los pulmones y, en casos extremos, llevar a la muerte.
Debido a su peligrosidad, el fosgeno ha sido utilizado en la industria y en contextos bélicos, lo que resalta la importancia de manejarlo con extrema precaución y conocimiento de sus efectos nocivos.