El término freso se refiere a una palabra antigua que designa un tipo de friso, una parte importante en la arquitectura.
Este elemento se sitúa entre el arquitrabe y la cornisa, formando parte del cornisamento.
Aunque su uso ha caído en desuso, su significado sigue siendo relevante en el estudio de la arquitectura clásica, donde los detalles estructurales son fundamentales para la estética y la funcionalidad de los edificios.