El término frijolizar tiene su origen en el español de Perú, donde se utiliza para describir el acto de hechizar o embrujar a alguien.
Esta palabra evoca la idea de una transformación mágica o sobrenatural, sugiriendo que la persona afectada queda bajo un influjo especial.
En la cultura peruana, el uso de este término puede estar relacionado con creencias y prácticas que buscan alterar la realidad a través de poderes místicos.