La Fuerza G positiva es una fuerza que puede afectar a un piloto cuando se supera su límite de tolerancia, provocando la pérdida temporal de la visión.
En la aeronáutica, esta fuerza se experimenta en maniobras como los picados verticales, donde el piloto y la aeronave son sometidos a aceleraciones lineales y radiales.
Al realizar cambios bruscos de dirección, como ascender repentinamente, el piloto experimenta fuerzas que lo empujan en sentido contrario, de acuerdo con la tercera ley de Newton.
Estas aceleraciones pueden generar efectos significativos en la percepción y el control durante el vuelo.
Si un piloto se ve sometido a una fuerza G positiva mayor que su límite de tolerancia, se «queda a obscuras», es decir, deja de ver. Tal puede suceder en la salida de un picado. Mientras la proa del avión apunta hacia abajo en un picado casi vertical, piloto y aparato caen hacia tierra arrastrados por la fuerza de gravedad y por la del motor. Ambos se ven sometidos, por tanto, a la aceleración lineal. Pero cuando el piloto acciona hacia atrás la palanca de mandos para enviar el avión repentinamente hacia arriba, tanto él como el aparato quedan sujetos a la aceleración radial. El momento de inercia del piloto tiende a mantenerle en la dirección original (hacia abajo), mientras el avión se dirige hacia arriba. De acuerdo con la tercera ley del movimiento de Newton, el piloto, que en este momento sufre los efectos de una fuerza por parte del avión en dirección asiento-cabeza, reacciona en dirección cabeza-asiento. Las aceleraciones que hacen reaccionar al piloto en tal dirección se llaman positivas y se miden en términos de G positiva. También se produce ésta en los rizos y giros rápidos.
Los efectos G positivos se deben a que los tejidos del cuerpo se comportan como si fueran más pesados de lo que son. El piloto experimenta la sensación de que le clavan al asiento. Bajo los efectos de la fuerza G positiva la sangre tiende a desplazarse hacia los pies, con lo que el corazón encuentra cada vez más difícil el envío de la cantidad adecuada de sangre a la cabeza. Los efectos más notables de tal dificultad circulatoria se producen en la visión, que, al aumentar la fuerza G, se nubla, se toma luego gris y se desvanece finalmente de modo transitorio.
Los individuos toleran de manera muy diferente la fuerza G positiva. La mayoría puede resistir 3,5 G antes de llegar a la visión gris, pero la ceguera se produce en 10 s con 5 G. Gomo los efectos de la fuerza G se notan con algún retraso, puede no producirse la ceguera hasta unos segundos después del movimiento que la causa. Es típico que la ceguera no dure más de 20 s y que durante ella permanezca consciente el piloto si la fuerza G no es muy intensa. Sin embargo, con 6 u 8 G, puede perderse el conocimiento.