La palabra fugible proviene del latín y se refiere a algo que debe ser huido o evitado.
Aunque su uso es considerado anticuado y se encuentra en desuso, su significado evoca una sensación de escapatoria o de necesidad de alejarse de algo.
En la actualidad, raramente se emplea en el lenguaje cotidiano, pero su esencia persiste en contextos literarios o históricos donde se discuten temas de huida o evitación.