La palabra fustigante proviene del verbo fustigar, que significa golpear o castigar con un látigo.
En un sentido más amplio, se refiere a algo que causa un fuerte impacto o que critica de manera severa.
Este término puede aplicarse tanto a acciones físicas como a situaciones o comentarios que generan una reacción intensa, ya sea de dolor, incomodidad o reflexión.
Así, lo fustigante se asocia con la idea de provocar un efecto profundo en quien lo recibe.