El término galero tiene dos acepciones principales.
En el ámbito coloquial de Cantabria, se refiere a una especie de sombrero chambergo, caracterizado por su deterioro y deforme apariencia.
En el contexto religioso, el galero es un sombrero de ala ancha y rojo que fue utilizado por el clero de la Iglesia católica, con un origen que remonta a los sombreros de peregrino.
Este privilegio fue otorgado a los cardenales por el papa Inocencio IV en 1245.
Además, el galero ha tenido un papel importante en la heráldica eclesiástica desde el siglo XIV.