El término garlear proviene del germánico y se refiere a la acción de triunfar.
En un contexto más histórico, también evoca la imagen de un vencedor que, tras conquistar a sus enemigos, entra en la antigua Roma con solemnidad y pompa.
Esta palabra encapsula no solo el éxito en una batalla, sino también el reconocimiento y la celebración que conlleva dicho triunfo, destacando la importancia del honor en la victoria.