La palabra garsina se refiere a un término de origen germánico que designa el hurto, es decir, la acción de tomar algo ajeno sin el consentimiento de su dueño.
Este concepto abarca tanto el acto de robar como la intención detrás de dicho comportamiento.
En su esencia, la garsina refleja una transgresión de las normas sociales y legales, subrayando la importancia de la propiedad y el respeto hacia los bienes de los demás.