La geografía de Burgos se caracteriza por una elevada y desigual meseta, rodeada por los amplios valles de los ríos Duero y Ebro.
Esta provincia presenta una diversidad de paisajes, desde los macizos montañosos de la región subalpina, que superan los 2000 m, hasta los valles húmedos y suaves de la depresión vasca.
Los montes del Sistema Ibérico, como la Sierra de la Demanda y la Sierra de Urbión, configuran un entorno natural variado, donde se alternan páramos y robledales.
geografía de Burgos (provincia)
La mayor parte de la provincia está constituida por una elevada y desigual meseta, limitada por los amplios valles de los ríos Duero y Ebro. Estos elementos geográficos ofrecen los más variados aspectos, desde los propios de la región subalpina, con macizos montañosos que sobrepasan los 2000 m, hasta los risueños valles de la depresión vasca, de clima húmedo y suave, alternando con desolados páramos de vegetación esteparia en un suelo reseco y pedregoso.
Los montes del Sistema Ibérico que accidentan esta provincia ofrecen primero los altos páramos de «La Lora» a 1080 m y los más bajos de «La Bureba», limitados al S por los montes de Oca, rocosos y cubiertos de robledales; más al SE, entre Burgos y Logroño, la Sierra de la Demanda, con el pico de San Millán, de 2134 m, altura máxima de la provincia, y la Sierra de Urbión. En relación con estas masas principales surgen al O algunos ramales: la Sierra de las Mamblas y las Peñas de Cervera y Tejada. Más a poniente aparece la paramera castellana, con alturas de 800 a 900 metros.
Las elevaciones correspondientes a la depresión vasca proceden de la provincia de Álava: Sierra Salvada, los agrestes montes de Ordunte, entre Vizcaya y Burgos, y el Castro Valnera, limítrofe con Santander; esta línea . montañosa termina al O en el Puerto del Escudo (988 m). Más al S dominan por el N a La Bureba los
montes Obarenes, con el pintoresco desfiladero de Pancorbo, paso para el descenso al valle del Ebro, donde Miranda, con 464 m, marca la menor altitud de la provincia.
La altitud media de 700 m repercute desfavorablemente en el clima, caracterizado por inviernos fríos y prolongados (setiembre a primeros de junio), con el inevitable acompañamiento de fuertes heladas, alguna en plena primavera, de funestas consecuencias para el campo. El verano es fresco, muy seco y corto, con máximas en julio y agosto de 34 a 37 °C. Las lluvias disminuyen de N a S y de E a O. Abundan las nieblas. Los vientos predominantes son del N y NO, «cierzo» seco y frío, en invierno; el del SO, «ábrego», lluvioso y destemplado; y a veces el SE, «solano», muy cálido y seco.
La red hidrográfica vierte muy desigualmente en los tres mares que rodean la Península: el Cadagua conduce al Cantábrico las aguas de una pequeña región del N de la provincia; el Ebro drena una superficie mucho mayor para desembocar en el Mediterráneo; finalmente, el Duero traslada al Atlántico las que circulan por la mayor parte de la provincia. Otros ríos son el Esgueva, Arlanza, Arlanzón, que baña la capital, y Odra; todos ellos, por medio del Pisuerga, desaguan en el Duero.
Las zonas montañosas poseen bastante riqueza forestal, que en total cubre 383 335 ha. Abunda extraordinariamente la caza menor, que atrae a cazadores de otras provincias; el zorro, lobo y jabalí frecuentan en invierno las montañas. La mayoría de los ríos son ricos en truchas.