La geología y geografía de Chile revelan un país de reciente formación, marcado por el levantamiento de los Andes en la Era terciaria.
Su ubicación en una zona inestable de la corteza terrestre explica la notable actividad vulcánica y la frecuencia de terremotos.
Los volcanes, aunque en su mayoría inactivos, se distribuyen a lo largo de la cordillera, mientras que los sismos, especialmente en el sur, generan efectos devastadores.
geología y geografía de Chile
País de reciente formación. La estructura geológica de Chile está ligada al levantamiento de los Andes, verificado en la Era terciaria. Es, por tanto, un país de formación reciente, situado en un área inestable de la corteza terrestre. Estas circunstancias explican la importancia del vulcanismo y de los movimientos sísmicos.
Los volcanes, repartidos por toda la cordillera andina, son especialmente abundantes en sus extremos septentrional y meridional. El más elevado es el Copiapó, en la provincia de Atacama, con 6072 m de altura, actualmente extinto. La mayoría carecen de actividad; a lo sumo ésta se presenta esporádicamente o en forma muy atenuada. En fecha histórica no se conocen erupciones que hayan tenido efectos tan catastróficos como las de otees volcanes europeos o americanos.
Los terremotos, en cambio, añaden a su mayor frecuencia efectos más desastrosos. Aunque al igual que los volcanes afectan a todo el territorio chileno, la mitad meridional es la zona más perjudicada. En el siglo xx hay que destacar tres seísmos de caracteres devastadores: el de 1906, que ocasionó 3000 víctimas; el de 1939, en el que murieron cerca de 30000 personas; y el de 1960, que originó 10000 muertes, aunque sus efectos fueron más devastadores que en los otros casos por venir acompañado de maremotos, erupciones volcánicas e intensas lluvias que han dejado sin hogar a más de 500000 personas, destruido casi por completo las ciudades de Ancud y Puerto Montt y afectado a la mitad de las provincias chilenas.
Costas rectilíneas en el N y recortadas en el S.
Desde la bahía de Arica al canal de Chacao, en una longitud de 2400 km, el litoral chileno es prácticamente rectilíneo y no presenta accidentes importantes. Tan sólo merecen destacarse algunas bahías y pequeñas islas: Mejillones, Jorge, Salada, Talcahuano con la isla Quinquina, Arauco con la de Santa María, isla Mocha y estuario del río Valdivia.
El litoral meridional alcanza una longitud de 1800 km y presenta caracteres muy diferentes: golfos de formas irregulares, cerca de un centenar de islas, millares de islotes, fiordos muy ramificados y extensos canales de aguas en calma. Entre las islas más importantes destacan: Chiloé, Islas Guaitecas, archipiélago de los Chonos, Wellington, archipiélagos Madre de Dios y Reina Adelaida, Santa Inés, Hoste y Tierra de Fuego, que comparte con la Argentina. Los canales más famosos son el de Moraleda, el de Beagle y el Estrecho de Magallanes.
Dos cadenas montañosas paralelas y una planicie central.
De N a S se extiende por el E la impresionante muralla rocosa de los Andes. Sus alturas son las más elevadas del mundo después de las del Himalaya y Karakorum, con varios picos que sobrepasan los 6000 m, formados frecuentemente por conos volcánicos. Pueden distinguirse tres tramos diferentes de N a S. Desde el Perú hasta la cumbre del Mercedario (6770 m) se extienden los Andes septentrionales, ramal desprendido de los Andes bolivianos, con cimas de gran elevación. Paralela a la línea de altas cumbres se presenta en las provincias de Antofagasta y Ata-cama la Cordillera de Domeyko y, entre ambas, varias fosas de hundimiento ocupadas por salares (Atacama y Punta Negra). Este tramo es difícilmente franqueable por la altura de sus puertos, todos por encima de los 4000 m, y la presencia de nieves persistentes entre los 4000 y 4500 metros.
Los Andes centrales forman una sola alineación que llega hasta el Tronador. Aquí se encuentran las mayores elevaciones del sistema, entre las que destaca el Aconcagua (7023 m), cuyas vertientes occidentales caen en territorio chileno, pico culminante del continente americano. Al S del Aconcagua se presenta el paso de Uspallata, atravesado por el ferrocarril Val-paraíso-Buenos Aires, con una elevación de 3800 m. Pasada la, elevada cumbre del Tupungato (6809 m), las alturas del tramo central disminuyen sensiblemente hasta llegar a la cumbre del Tronador con 3554 m. La cordillera es todavía difícilmente franqueable porque, aunque disminuye la altura de los pasos, también lo hace el límite de las nieves perpetuas (4000 m a la altura del Aconcagua y 1000 a la del Tronador).
El último tramo andino presenta caracteres especiales: las alturas pocas veces sobrepasan los 3000 m; excepcionalmente se alza el Cerro de San Clemente a 4058 m. La rica articulación del litoral y la intensa erosión glacial dan por resultado una accidentada topografía, constituida por macizos aislados de raídas pendientes, entre los que abundan extensos lagos.
La Cordillera de la Costa transcurre paralela a la anterior, aunque sus características son bien diferentes. Sus cimas están muy desgastadas y pocas veces sobrepasan los 2400 m. Forma en realidad una meseta granítica que cae abruptamente sobre el mar, en el que a veces penetra formando espolones rocosos llamados «morros», como el de Arica. Desde esta ciudad hasta La Serena mantiene una elevación entre los 500 y los 2000 m, así como una cierta continuidad. A partir de La Serena su altura disminuye y se resuelve en una serie de macizos de reducida elevación, suavemente ondulados y separados entre sí por amplios valles abiertos por los ríos andinos. La cordillera costera se continúa en la isla de Chiloé y en el resto del archipiélago patagónico. En Tierra de Fuego se une a los Andes para formar la Cordillera de Darwin, cuyo punto culminante es el monte Italia (2350 m).
Llanuras y valles centrales.
Entre las dos cordilleras citadas se extiende un relieve de gran variedad constituido por mesetas suavemente onduladas, una intrincada red de valles transversales y un valle central que termina hacia el S en el mismo borde del mar. Al N, entre ambas cordilleras, hay una extensa meseta de una altura media próxima a los 1000 m, ligeramente ondulada. Es región de salares y desiertos arenosos, llamados «pampas» (denominación que tiene un significado completamente distinto al que se aplica en el Plata), de un gran interés por la variedad de sus riquezas mineras (nitrato, cobre y metales preciosos).
Entre los 27 y los 33° de latitud meridional se proyectan los «valles transversales», formados por la unión en diferentes puntos de las ramificaciones andinas con la cordillera costera, muy fértiles algunos de ellos (Copiapó, Huasco, Elqui o Coquimbo y Aconcagua). Al S del río Aconcagua y hasta la cuenca del Bio-Bio se extiende el «valle central». Tiene una anchura media de 100 km y una altitud de 200 a 500 m. Su característica más importante es que la Cordillera de la Costa desaparece completamente en varios puntos. Está recorrido por los ríos más caudalosos y regulares de Chile. La mayor parte de la economía y de la población del país se concentra en esta zona. Al S del Bio-Bio y después de pasar la cordillera de Nahuelbuta, la llanura central se continúa hasta el mar y termina en el Golfo de Ancud por una serie de escalones amesetados.
