La geología y topografía de Bélgica revelan un paisaje diverso, resultado de la antigüedad de su terreno y la variedad de sus formas de relieve.
El país se divide en tres regiones principales: la Meseta de las Ardenas, la llanura central belga y la llanura marítima de Flandes.
La meseta, compuesta por terrenos paleozoicos, presenta montañas aisladas y valles sinuosos, donde la erosión ha esculpido un paisaje único, destacando su riqueza geológica y natural.
geología y topografía de Bélgica
La antigüedad del terreno y la importancia de sus formas de relieve determinan en Bélgica tres regiones: Meseta de las Ardenas, llanura central belga y llanura marítima de Flandes.
Los terrenos paleozoicos de la meseta de las Ardenas constituyen en realidad parte del gran macizo esquistoso renano; las pizarras devónicas, sedimentos cámbricos y duras cuarcitas forman su suelo; estas últimas integran las zonas más elevadas, pues la erosión ha trabajado más intensamente las pizarras y sedimentos. Sobre una altiplanicie de formas más bien redondeadas se elevan aisladamente algunos montes-testigos, que alcanzan cerca de los 700 m de altitud en el Hohen Venn, siendo así que la meseta se encuentra 200 o 300 m más baja. Los ríos que descienden hacia el Mosa han excavado valles sinuosos, con hoces y gargantas que dan variedad al paisaje e incluso aspecto de verdadera montaña. El reborde meridional de la meseta está formado de rocas secundarias (margas liásicas y jurásicas, alternando con rocas calcáreas) y, en las zonas más bajas, de sedimentos que han venido a rellenar el antiguo «golfo de Luxemburgo» de los geólogos. La región sub-ardenesa del N y O se halla formada por rocas silúricas, calizas, devónicas y bloques de asperón; pero en los valles del Sambre y el Mosa, excavados sobre terrenos primarios, se extiende una amplia cuenca hullera que se prolonga por el S hacia Francia y por el N en Alemania.
La llanura central belga, al O de la descrita, es de origen terciario, recubierta a veces por arenas finas, arcillas y loes. Algunos valles fluviales un poco excavados y pequeños montes aislados (Saint Aubert, Cassel, des Cats) rompen la total uniformidad de la región. Esas colinas marcan la antigua línea costera, al O de la cual se extiende hoy la llanura flamenca, con sus formaciones marinas de polders y su nivel sólo ligeramente superior al del mar, del que se defiende por diques artificiales y por un cordón natural de dunas. Cada día gana la tierra terreno al mar; así Brujas,
puerto en la Edad Media, está hoy a más de 15 km de la costa.