La palabra gilí se utiliza en el lenguaje coloquial para referirse a una persona que es considerada tonta o necia.
Este término, de uso familiar, puede emplearse tanto como adjetivo para describir a alguien con estas características, como sustantivo para nombrar a la persona en cuestión.
Su uso suele ser informal y puede variar en intensidad según el contexto, pero generalmente implica una connotación de desprecio o burla.