La glicina es una hermosa planta papilionácea que se cultiva comúnmente en jardines.
Se caracteriza por sus flores azuladas, que aportan un toque de color y belleza a los espacios exteriores.
Esta planta no solo es apreciada por su estética, sino también por su capacidad de trepar y cubrir pérgolas o muros, creando un ambiente encantador y acogedor en cualquier entorno.