La gracia original es el don divino que Dios otorgó a nuestros primeros padres, Adán y Eva, en su estado de inocencia.
Esta gracia les confería una relación directa y armoniosa con Dios, así como la capacidad de vivir en plenitud y sin pecado.
La gracia original es fundamental para entender la naturaleza humana y su caída, ya que su pérdida marcó un cambio significativo en la historia de la humanidad.