La granada de mano es un artefacto explosivo diseñado para ser lanzado a mano durante situaciones de combate.
Este dispositivo está cargado con varios explosivos que, al detonar, generan una onda de choque y fragmentos que pueden causar daño a enemigos en un área determinada.
Su uso en la guerra la convierte en una herramienta letal y estratégica en el campo de batalla.
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Granada que se usa en la guerra cargada de varios explosivos.
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Se trata realmente de una bomba, aunque, como su nombre indica, se valga de la mano de un soldado para su lanzamiento. Son pequeños proyectiles con una carga explosiva potente, a la que se hace explotar por medio de un mecanismo de espoleta accionado por un anillo o palanca. La granada tarda unos segundos en hacer explosión. Se lanza a distancias que oscilan entre los 40 y 50 m y surte efectos contundentes en las tropas contrarias, particularmente si están atrincheradas, y en nidos de ametralladoras. Las granadas de mortero se asemejan mucho a las de mano, de las que, sin embargo, se diferencian en que se lanzan por medio de pequeños morteros de trincheras. Su fuerza explosiva es más potente y su alcance, de unos 2500 m.
