La gravilla es un material compuesto por pequeñas piedras, que se obtiene al machacar la grava.
Este elemento es fundamental en la construcción, especialmente en la creación de caminos y otras infraestructuras.
Su tamaño y composición permiten que se utilice para mejorar la estabilidad y el drenaje de superficies, convirtiéndola en una opción versátil y práctica en diversos proyectos de obra.