La historia de los cohetes de la URSS está marcada por una política de secreto que dificultó conocer a fondo sus avances tecnológicos.
Esta opacidad solo se rompía ocasionalmente con declaraciones vagas, lo que impide tener una visión completa del formidable arsenal autopropulsado del ejército soviético.
Las grandes paradas conmemorativas de la Revolución Roja ofrecían un vistazo impactante de su poderío militar, dejando entrever la magnitud de sus logros en este campo.
historia: cohetes de la URSS
La política inflexible de secreto que mantenía la URSS sobre sus progresos tecnológicos en el campo de los cohetes, política sólo quebrantada a veces por declaraciones oficiosas más o menos vagas, impide ofrecer un cuadro completo del arsenal autopropulsado del ejército soviético, que debió ser formidable a juzgar simplemente por su exhibición en las grandes paradas con que se celebraba la conmemoración anual de la Revolución Roja.
A continuación un texto extraído de una enciclopedia de la década del 70:
Superficie-Superficie.
Poseían varios misiles tierra a tierra de alcance medio y largo, proyectados para fines tácticos y estratégicos y lanzables desde base móvil, así como varios proyectiles autorreactores disparables por la artillería pesada.
El T-l, versión de un modelo anterior M-l 01, presenta características similares al norteamericano Redstone: longitud, 15 m; diámetro, 1,5 m fuerza de empuje, 34295 kg; velocidad, 7900 km/h; alcance, 650-1000 km; despegue vertical; posible propulsión a base de oxígeno líquido. El T-2, de combustible líquido, pesa 55 t, vuela a 8000 km/h y alcanza 3000 km. El T-7A, de combustible sólido y lanzamiento vertical, capaz de competir ventajosamente con los norteamericanos Corporal y Sergeant por su mayor movilidad y empuje, mide 7,6 m, pesa 4,5 t, tiene una velocidad final de 2500 km/h y alcanza 50-100 km. El Komet I quema también combustible sólido y alcanza unos 160 km. Su versión perfeccionada, el Komet II, también de combustible sólido, mide 15 m y alcanza 1126 km a una velocidad de 9655 km/h. Eficacísimos parecen ser los autorreactores J-l (alcance, 480 km), J-2 (velocidad, 1126 km/h) y J-3 (velocidad, 2400-2900 km/h). El T-5B, misil de vuelo no dirigido y alcance medio (25 km), tiene una cabeza de combate similar a la del Honest John. El Golem I y Golem II, ambos de combustible líquido, tienen un alcance máximo, respectivamente, de 600 y 2000 km.
Superficie-Aire.
Se sabe de varios tipos: El Henschel HS-17, equipado con dos cohetes auxiliares de combustible sólido, lleva una carga explosiva de 22,5 kg a una velocidad de 1100 km/h con un radio de 30 km, mide 3,9 m y pesa 450 kg. El M-2, cohete bifásico con varias superficies de control aerodinámico, alcance de 35 km y techo de 18000 m, ofrece semejanza con los Nike americanos, aunque los supera en el sentido de no exigir base fija para su lanzamiento. El M-3, también bifásico, de propelente sólido, va provisto de un cohete acelerador para el despegue. El M-l y el T-7 desempeñan el papel de la defensa antiaérea en Moscú y los puntos neurálgicos del país, papel encomendado en Norteamérica al Nike-Ajax.
Aire-Superficie.
Para batir concentraciones y blancos terrestres desde aviones arman éstos varios cohetes: el RS-82 de 82 mm, el CC de 25 kg y el M-100 de 70 kilogramos.
Aire-Aire.
Para la lucha aérea con el adversario los MIG-15 utilizan el alemán R4-M perfeccionado.
Profundidades Marinas-Aire.
Además de los mencionados T-l, T-7A, Komet I, Komet II, J-l, J-2 y J-3, los cuales pueden lanzarse desde submarinos en inmersión, existe uno, de nombre desconocido, que con un alcance de 225 km puede ser disparado desde las profundidades marinas contra ciudades de las costas.
Proyectiles Balísticos Intercontinentales.
Según afirma Zachringer, presidente de la «American Rocket» de Michigan, citado por la revista española Ejército, los rusos han creado un proyectil que combina la sencillez del Honest John (de propulsante sólido) con el alcance del Corporal (de propulsante líquido), utilizando motores impulsados por propulsantes compuestos. El M-103, con un alcance de 5600 km, es una versión perfeccionada del alemán A-10. Del T-2 (peso, 90 t; velocidad, 16100 km/h; alcance, 3000 km), ingenio bifásico, con una primera etapa propulsada por combustible líquido que le imprime un empuje de 125000 kg y una segunda integrada por un T-l, se asegura que hay construidas unas 2000 unidades. El supergigante T-3, antiguo M-l04, es un ingenio multifásico cuyo primer escalonamiento tiene una potencia de empuje de 353000 kg merced a un potentísimo motor de combustible líquido; pesa entre 100 y 250 t, vuela a una velocidad de 24000 km/h y tiene un alcance vertical de 1400 km y horizontal de 8000 km, alcance que, al parecer, duplica el T-4, versión perfeccionada del T-1, que tiene un ala en delta. Completan la poderosa familia T el T-3 A, de propelente líquido, que con un peso de 85 t y una velocidad de 25000 km/h tiene un alcance de 14000, y el T-4A, verdadero avión cohete multifásico, cuya última fase mide 20,7 m y utiliza triple motor cohete de combustible líquido.
Como pruebas experimentales, a escala intercontinental, causan asombro las verificadas por Rusia el 20 de enero, 1 de febrero, 5 de julio y 7 de julio de 1960, como también en los meses de setiembre y octubre de 1961, en que un cohete balístico alcanzó sobre el Océano Pacífico, a veces con error de sólo 3 km, objetivos situados entre 12000 y 14000 km. Con el mencionado T-3A, capaz de portar cualquier carga nuclear, se batió con impresionante precisión en setiembre y octubre de 1961 una pequeña zona del Pacífico, al SO de Hawai, que distaba 12000 km del lugar de lanzamiento.